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  • Foto del escritorKaren Ness

La patología político-autoritaria

Actualizado: 23 jun 2021


 

autoritarismo – la falacia que la superioridad le confiere a ciertas personas el derecho a imponerle su voluntad a los inferiores, sin juicio imparcial; la justificación del uso del poder público más allá de hacer valer la Ley.


autócrata – individuo que controla el gobierno en un territorio.


totalitarismo – la justificación del uso del poder público en todo aspecto de la vida de una persona.


hegemonía – el uso del poder público en violación a la Ley contra opositores políticos, dentro o fuera de un Estado.


opresión – violación sistemática a la libertad.


golpe de Estado – la reorganización coactiva de un gobierno por una facción política dentro del gobierno.


revolución – la reorganización coactiva de un Estado por una facción política fuera del gobierno.


guerra – violación recíproca a la Ley entre facciones o Estados.


D.A.M. – destrucción asegurada mutua; el fin inevitable de la política internacional que no es limitada por la Ley.


 

CONTEXTO PARA LOS TERMINOS


El populismo entraña la idea que el Pueblo es víctima y que los políticos populistas son sus salvadores. De allí surge la idea, muy lógica, que estos supuestos salvadores son superiores a las víctimas y que los supuestos enemigos son inferiores a todos.


El autoritarismo es la falacia que la superioridad le confiere a ciertas personas el derecho a imponerle su voluntad a los inferiores, sin juicio imparcial para determinar si en realidad se violó la Ley. Es la justificación implícita en el uso del poder público más allá de hacer valer la Ley. Lo único que el autócrata necesita hacer es quitárselo a los demás políticos.


El Pueblo ya se ha decepcionado con la democracia, con la compra cada vez más descarada de votos; el potencial autócrata sólo tiene que señalar a los demás políticos como los responsables de la corrupción, la desigualdad, y la pobreza. Los antiguos salvadores se convierten en los nuevos “enemigos.” El poblado, agotado y decepcionado, se cansa de la creciente pobreza y miseria, y se traga enteras las mentiras del potencial dictador.


Por el apoyo popular al autócrata, los políticos se rinden y le ceden el poder, dejando al Pueblo quebrantado incapaz de resistir y defenderse del dictador que llegó gracias al engaño y que se atrinchera con la coacción arbitraria.


Si ese Estado se vuelve a levantar o si el dictador lo sigue subyugando depende de cuánto el Pueblo ha aprendido a valorar la libertad que, como el aire, sólo se siente cuando ya no se tiene.

 

Fotografía de General Iroh, the Dragon of the West - Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=89452327


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